En estos tiempos modernos, con la tecnología avanzada, culturas finas y exclusivas, el espresso italiano a impresionado de tal forma, que otros métodos para la preparación del café han sido desatendidos. En los últimos años más y más baristas, expertos y aficionados han reencontrado estos métodos. Uno de ellos – muy Alemán – es el del filtro de papel.
La querida Sra. Melitta Bentz de Dresden hizo un descubrimiento fantástico. Siempre quería obtener un café más fino y después de varios experimentos descubrió que la mejor solución era el papel de la escuela de su hijo. En el 1908 patentó el filtro que se usa en todas partes del mundo.
Hoy quise demostrarle una vez mas a mi paladar, que aún un café con filtro puede ser una maravilla.
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Para este café usé unos 10 gramos de café, un poco de canela, un clavo, una cápsula de cardomomo, una pizca de sal y un poco de cacao. Una clave para mejorar el sabor es el usar lo menos agua posible. Aquí usé solo unos 40 ml. Al final no salen mas de 30.
Que disfrute su café!
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el dɾa - ma - tuɾ - go 