Una des las temporadas mas maravillosas ha llegado. En varios países y regiones están trabajando los agrícolas y campesinos interrumpiendo el crecimiento natural de el Asparagus officinalis linnaeus. Así están evitando que los brotes de la raíz lleguen a ser arbustos de helechos. Se les llama verdura, pero el comer espárragos quiere decir comer brotes que pudieran haber sido arbustos, los cuales – si son hembras – suelen echar una fruta roja. Esta es venenosa para los humanos, pero pájaros que las comen contribuyen a la extensión de la planta al deshacer de las semillas digeridas. Este es el mismo proceso de la naturaleza donde mamíferos comían los aguacates y los luwaks (civeta, musang) comen la fruta del café. El sistema recreativo que se ha desarrollado en la evolución de la naturaleza.
Aunque en varios países los espárragos son producidos fuera de su temporada original, en Europa, donde tienen sus orígenes, su tiempo de cosecha es entre los meses de abril y junio. La temporada pasada visité algunos campos de espárragos y hable con un agrícola especializado en espárragos y frambuesa. Al mismo tiempo aproveché la oportunidad y experimenté en varias direcciones con espárragos. De repente habían desaparecido del mercado y yo todavía no había publicado algunas de mis recetas. Ha llegado el tiempo de nuevo y cualquiera siguiendo mi blog puede disfrutarlas ahora.
Es cierto que me encanta dramatizar con mi café y mis recetas, pero no siempre soy el único o el primero haciendo tales conexiones. El espárrago tiene una historia conectada con el café desde un par de siglos. Varias prohibiciones y situaciones económicas del pasado han sido razones para buscar ingredientes que pueden reemplazar, o más bien, tratar de imitar el sabor del café. Para esto se han usado muchos condimentos, yerbas y semillas. Las semillas del espárrago en forma tostada es una de estas.
Aquí les doy una combinación muy diferente usando el café y el espárrago.
- un litro de vino tinto
- unos 300 g espárragos blancos
- una cucharadita de expreso (al gusto)
- una vainilla completa (cortada a lo largo y rascando lo más posible del contenido)
- 250 g muscovado o azúcar negra
- 250 g mascarpone
- algunas hojas de menta
Se toman el vino, la vainilla, el azúcar y la porción de expreso y se ponen al fuego con el espárrago cortado en trozos pequeños. Se cocina hasta que el líquido ha sido reducido y se ha puesto espeso. Cuando la mezcla se ha enfriado se retira la vaina de vainilla – la cual se limpia y se pone aparte – y todo se convierte en un puré, al cual se añade el queso mascarpone. La cáscara de la vainilla se puede dejar secar y depositar en un kilo de azúcar para así obtener azúcar de vainilla. La crema se distribuye en vasitos de expreso y se dejan reposar (una hora) en el refrigerador, antes de servirse con unas hojas de menta.
Disfrute sus espárragos en esta temporada, disfrute su vino tinto, disfrute su buen café cada día, o disfrute la unión de todos.
Para información adicional y recetas, visiten La Voz Libre.
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